Un poco de historia de CBLingua

Dicen que los comienzos son muy duros. Yo, en cambio, recuerdo el de CBLingua como uno de los más bonitos que he vivido a nivel personal y profesional. Apenas terminaba la Facultad  cuando ya tuve la suerte de encontrar mi primer trabajo en el Aeropuerto de la Base Naval de Rota. Es allí donde surge la gran idea de crear mi propia empresa, una Agencia de Traducción Jurada que estaría principalmente orientada por la presencia norteamericana de aquella época en Rota y por todo el papeleo legal que de allí se originaría.

Un proyecto que poco a poco iría consolidándose, hasta que por fin se recibían los primeros clientes de la zona: como bien había vislumbrado, eran americanos que se casaban con españolas y necesitaban traducciones juradas para continuar con el trámite. ¿Cómo? Casi que me lo podía creer, ¡habían llegado esos primeros ansiados clientes! Eso sí que fue  un sueño cumplido y después de este, se hicieron realidad muchos otros… Esto era casi casi tan emocionante como jugar a las casitas, pero esta vez era de verdad.

Mi fuente de inspiración: mis padres

En mis inicios, los recursos de CBLingua eran los indispensables y suficientes, no necesitaba más para poder arrancar y seguir adelante: un ordenador estupendo, un teléfono e internet. El sitio que había elegido para ubicar la primera oficina de CBLingua era una habitación que me cedieron mis mejores fans, los más incondicionales, esos que te siguen hasta el fin del mundo si tú se lo pides sin esperar nada a cambio. Todavía recuerdo esos primeros días, cuando ellos ya sabían que CBLingua se convertiría en una gran empresa. Sin duda esa fue la mejor de mis motivaciones y, probablemente, la que me ha hecho llegar hasta donde estoy hoy. Mamá, papá, gracias por tanto, gracias de verdad. Vosotros sí que habéis sido mi fuente de inspiración y mi modelo a seguir.

Primera oficina en el Centro de Lanzamiento Económico

Poco a poco, CBLingua y ese pequeño despacho en la habitación de Carol iban cogiendo forma. Eran muchos los clientes espontáneos que comenzaban a visitar esta pequeña oficina que se situaba al fondo del domicilio Balsa Cirrito. Así pues, mi padre y mi madre iban adquiriendo cada vez un papel más importante en CBlingua: mamá Loretta atendía al teléfono y recibía los clientes y papá Antonio se encargaba de llevar los sobres de los clientes a correo, por ejemplo. ¡Vamos, esto era un equipo de trabajo en toda regla!

CBLingua vuela del nido familiar para consolidarse como una empresa con forma jurídica, da el primer salto considerable con el que surge  nuestra primera oficina, situada en el Centro de Lanzamiento Económico del Puerto de Santa María.  Rafa Roa y Elena Díaz a la cabeza, por supuesto, sin olvidarnos de Antonio, los tres se convierten en mis tres mejores aliados  profesionales, que me arropan y me acompañan en esta primera etapa. ¡Gracias! Albergo preciosos recuerdos de aquella época.

Centro Europeo de Empresas e Innovación

Ilusión y más ilusión. La mochila se va agrandando y llenando de experiencias profesionales. CBLingua salta y aterriza en el CEEI, con Miguel Sánchez Cossio como gerente. Desde el primer momento, él nos abrió los brazos y nos recibió con la mejor de sus sonrisas para ayudarnos y ampararnos en el emprendimiento, ¡gracias a ti, Miguel!

Pero esta aventura maravillosa no había hecho más que empezar. Después de varias apariciones en la prensa y en la televisión local, nacional y en los informativos, es cuando nos lanzamos abrir una oficina en Sevilla y  logramos hacernos un hueco entre los primeros, convirtiéndonos en una de las primeras Empresas de Traducción de Sevilla con una gran presencia en el mundo empresarial. ¡Qué alegría! A Sevilla la siguió Málaga, después vino Madrid y finalmente Barcelona.

Equipo de CBLingua

Es curioso ver hoy, después de más de doce años de trayectoria profesional, la cantidad de buena gente que ha pasado y marcado el camino de CBLingua. A todos ellos, gracias por haber formado parte de nuestras vidas. A los que han trabajado con nosotros pero que ya no están, a nuestros becarios, algunos de los cuales incluso se han permitido el lujo de robarnos el corazón y, sobre todo, a ese gran equipo humano y profesional encabezado por Laura Balsa Cirrito, mi hermana, a la que le siguen excelentes profesionales y personas que componen cada una de nuestras oficinas. Ese es, sin duda, el mejor de nuestros tesoros y la clave del éxito para convertirnos en la gran empresa que somos hoy. ¡¡GRACIAS!!

Por último, en esta historia también  hay un sitio para el libro En defensa nuestra, de Pepe Mendoza, donde el autor me dedica un artículo que se llama La habitación de Carol por mis comienzos con CBLingua. Gracias, Pepe.

Carolina Balsa Cirrito
¡CEO y Fundadora de esta pequeña locura!