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Intrusismo en la traducción

Debido a la crisis económica, el intrusismo en la traducción está a la orden del día. Toda la población activa busca una forma de ganarse la vida, independientemente de la formación que hayan recibido. La profesión del traductor es una de las más afectadas por el intrusismo laboral, porque, actualmente, para casi cualquier trabajo se exige cierto nivel de idiomas.

Así pues, encontramos con frecuencia a especialistas de cualquier ámbito que, por tener un certificado de Cambridge, ya se consideran capacitados para traducir profesionalmente. Pero, señores, saber inglés no es saber traducir. Si fuera así, estudiar inglés en una academia durante cuatro años sería lo mismo que estudiar la carrera de Traducción. Y formación tampoco se distinguiría de la de Filología ¿no? Nada más lejos de la realidad.  Como decía, saber inglés no es lo mismo que saber traducir, al igual que tener ciertos conocimientos sobre una materia no basta para poder enseñarla.

intrusismo en la traducción

También hay gente que cree que traducir consiste en cambiar una palabra por otra utilizando un diccionario. No es así: la profesión del traductor va mucho más allá de eso. La dificultad radica en saber elegir cuál es la palabra perfecta, teniendo en cuenta el contexto. Para eso el diccionario no es suficiente. El contexto no es solo el tipo de texto que se traduce, sino la finalidad del mismo, entre otros factores. No solo la lengua origen, sino también la lengua meta y por supuesto las diferencias culturales juegan un papel fundamental en la traducción. Es esencial conocer los elementos culturales de los idiomas de trabajo y saber cómo tratar esos vacíos para traducir bien.

intrusismo en la traducción

¡Intrusismo en la traducción!

Ser bilingüe o haber pasado una larga temporada en el extranjero son experiencias que te pueden ayudar como traductor. Pero eso no lo es todo. Traducir implica tomar constantemente decisiones que afectan a los distintos aspectos que forman parte de la traducción. Todo traductor debe plantearse quién es el emisor del texto, para quién se traduce y para qué se traduce. Y debe hacerlo antes de ponerse manos a la obra. ¿Por qué? Porque no es lo mismo traducir un libro infantil que literatura para adultos. Tampoco se traduce igual un texto para un soporte audiovisual  que para uno impreso. También varía la traducción de subtítulos con respecto a la del doblaje, aunque el texto original sea el mismo.  No es lo mismo traducir una receta de cocina para chefs profesionales que para principiantes. Tampoco es lo mismo traducir un ensayo clínico que un texto administrativo.

Es necesario conocer las estrategias de traducción para saber utilizarlas. Hace falta conocer bien la norma para saber decidir cuándo transgredirla. Aunque con mucha práctica y más empeño uno puede hacerse a la dinámica de esta profesión, la carrera te prepara. Son cuatro años de formación traduciendo expresamente para especializarte en ello. Son cuatro años ganados de experiencia en traducción. Cualquier otro estudio podrá ser útil y complementario. Pero a traducir se aprende traduciendo.

 

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